El mundo del toro resiste a la
crisis y al ataque prohibicionista, sacando pecho.
La temporada de 2015, toca a su
fin y se va a cerrar con un total de 1.145 festejos celebrados, cifra muy
parecida a la del año pasado. Esto va a suponer un impacto económico global de
más de 3.500 millones de euros y una creación de empleo para 199.000 personas,
o lo que es lo mismo, trabajo para el 1% de quienes trabajan en España. Esto se
traduce en un Producto Interior del 0´32 % del PIB de España.
Durante éste año, se ha mantenido
la cifra de festejos mayores celebrados, en comparación con la anterior
temporada. Este año, al final de la temporada, se van a celebrar en España
1.145 corridas de toros, 31 menos que en 2014.
Es en Castilla y León donde se ha
alcanzado el mayor número con 233 festejos, seguido de Castilla La Mancha con
225, en tercer y cuarto lugar se sitúan, Madrid con 196 y Andalucía con 190. En
solo éstas regiones se concentra el 73% del mercado taurino, o lo que es lo
mismo, tres de cada cuatro festejos, se celebran en alguna de estas
comunidades.
Es Madrid la provincia que más se
desmarca del resto por su pujanza económica. Le siguen Toledo con 72 festejos
mayores, Ávila con 53, Badajoz con 45 y Salamanca con 43.
De estos datos, se desprende que
se va a producir una merma de 2´6% con respecto al año pasado, destacando que
éstas cifras no incluyen, festejos menores, como novilladas sin picadores y las
becerradas, que representan un 18% del total de eventos taurinos que se dan en
las plazas de toros, festejos éstos que se encuentran en una tendencia alcista,
así como tampoco se incluyen, los festejos populares, en claro auge también, ya
que se han disparado a un 16´8% más, en relación a la pasada temporada. En el
balance de 2015, sí que están incluidos los festivales, que han repuntado un
4´5% este año.
La ratio actual es de 9´7
corridas por cada millón de habitantes, ratio muy similar a la que existió en
la Edad de Plata de la Tauromaquia que estaba en 11´7 ó las 12´5, que fue la
ratio durante la Edad de Oro del toreo, por cuya razón podemos afirmar, que la
vigencia taurina actual es tan importante como la que hubo en la mejor época
del toreo, durante las década de los años diez y veinte del siglo pasado.
Esta leve caída en el número de
festejos producida este año (31 menos), viene explicada en parte porque se han
dejado de celebrar varias ferias por imposición política. Como ha ocurrido en
Coruña, donde Marea Atlántica rescindió el contrato al empresario Tomás Entero,
o en Gandía gobernada por PSOE, Ciudadanos y Compromís, ídem de lo mismo, en
las Rozas (Madrid) con alcalde del PP o Requena con el PSOE.
En ciudades tan emblemáticas como
Alicante o Huesca, los nuevos gobiernos locales tienen intenciones
prohibicionistas, pero aún no se han atrevido a dar el paso, por aquello de la
pérdida de votos. Y Mallorca se ha declarado ciudad anti-taurina, algo que el
gobierno regional quiere expandir a todo Baleares.
En el lado opuesto, las
elecciones trajeron la vuelta del toreo a San Sebastián, con el PNV, después de
tres años de veto impuesto a los ciudadanos por Bildu.
Este año el número de asistentes
a las Plazas de Toros ha crecido hasta los seis millones de espectadores. O lo
que es lo mismo, tres veces más espectadores han asistido a ver toros, que los
que asisten a la ACB de Baloncesto.
Solo por la recaudación de
taquilla el Estado recauda 45 millones de euros en concepto de IVA por toros, o
lo que es lo mismo, el Estado recauda 62% más de IVA de los toros, que del
Cine, aun cuando el cine recibe en concepto de ayudas más de 60 millones de
euros de los Presupuestos Generales del Estado y los Toros, cero euros
patateros.
La suma de todas las actividades
empresariales taurinas representa un IVA total de nada menos que 139 millones
de euros, según la patronal empresarial Anoet.
Como consecuencia del interés
económico del negocio taurino, el toro da trabajo a 199.000 personas, 57.000 en
el sector propiamente dicho y 142.000 en actividades vinculadas al mundo
taurino. Por lo que se puede decir que 1´15% del total de cotizantes que hay en
España, son cotizaciones a la Seguridad Social que provienen del toro.
Debido al toreo, el turismo y la
hostelería obtienen 1.610 millones de euros al año. De esa cantidad, casi tres
cuartas partes van a parar directamente a los hoteles, los bares y
restaurantes. Lugares turísticos tan importantes como Málaga, Madrid, Toledo, Sevilla,
Cádiz, Huelva o Valencia, ven en los toros un gran revulsivo turístico todos
los años. No en vano, el toro es con lo que los turistas más asocian a España,
tercer país receptor de visitantes del mundo, según el Barómetro Imagen de
España del Instituto Elcano.
El impacto turístico de los toros
es enorme: por cada 50 euros invertidos en la compra de una entrada, el sector
taurino genera 118 dirigidos a enriquecer la economía local, o lo que es lo
mismo, por cada euro que se invierte en toros, los negocios de una ciudad
ingresan 2´3 euros.
Esto es crear riqueza, no lo que
han hecho otros, que han llegado a algunas administraciones como elefantes a
cacharrerías, para vendernos solo humo, dejando a su aire caer la economía y el
empleo, para que esta dejadez, la padezcan los de siempre.