Trovar en Montoro, es buscar por entre las esquinas de roja
molinaza, morenas guitarras de ojos oscuros y rasgados, brillantes como
estrellas fugaces que se asoman a los postigos de nuestras almas, deseosas de
ofrecer sus encantos, a quienes mejor las sepan hacer sonar.
Trovar en Montoro, es cantar casi en la Gloria.