Desde que tengo uso de razón,
siempre en la Feria de Montoro hubo una tómbola. Al principio de mis años, instalada
entrando a la izquierda, en el lugar que existía entre la portada y el Kiosco
de Rabote (hoy el Paso). Aquella tómbola conocida como la “Tómbola del Cubo”,
era regentada por Francisco Vázquez
Vacas, nacido el 22 de marzo de 1931 en la vecina localidad de Bujalance, aunque
tras finalizar la Guerra Civil junto con su familia se trasladó a vivir a
Córdoba, donde ejerció como peón de albañil, tabernero y mancebo. Probó suerte
como novillero y aquello no funcionó. Por lo que decidió dedicarse a la
fotografía y a la feria. Era por aquellos años de complexión delgada, simpático
e inquieto.
Vázquez fue un hombre muy ligado
a Montoro, sintiéndose siempre identificado con nuestro pueblo y cuando llegaba
a Montoro, al ser por aquella época la penúltima feria que había, solo después
quedaba Jaén, le gustaba echar el resto y ofrecer lo máximo en cuanto a
premios.
Frente a la tómbola instalaba su
caballo de cartón, donde todos los niños de la época éramos retratados por
Vázquez, subidos en aquel inmóvil jamelgo, y las niñas sentadas a la puerta de
una casita de cartón, junto a la ratita presumida. A los pocos días, bien en la
feria o después, te llevaban las fotos a casa, ante la alegría para el recuerdo
de toda la familia.
Los días de partido de la
selección española, solía Vázquez poner una televisión en su tómbola, desde la
que veíamos el partido, mientras de vez en cuando comprábamos un boleto por si
había suerte.
A veces aquella tómbola se
trasladaba a la Plaza de España, frente al Ayuntamiento y allí permanecía, a
veces, hasta las fechas próximas a navidad.
Fue Vázquez, por su afición al ciclismo, quien organizó durante varios años en Feria, en colaboración con Julián
Mialdea, una carrera ciclista que daba la vuelta por toda la comarca, con
salida y meta en Montoro, y a la que acudía algún que otro celebre ciclista e incluso él participaba.
FRANCISCO VAZQUEZ VACAS de mayor.
Cuando Vázquez dejó de venir por aquí,
tras algunos años que estuvo viniendo una u otra tómbola, cogió el relevo la Tómbola
Ecijana, la que ha estado viniendo durante varias décadas, ofreciendo premios
cuantiosos y valorados, como las primeras televisiones en color, las freidoras,
cadenas de música, y motos, muchas motos, algunas grandes, después otras pequeñas
para los más chicos. Y sobre todo…”muñecas chochonas” y “perritos pilotos, ahhh
y latas, ¿Qué tendrá la lata?...la lata, la lata, la lata, la lata, …le cambio
la lata por un peluche….. No la lataaaa; le cambio la lata por una vídeo
consola… no la lataaaa… y ¿qué tendrá la lata?…. ¿os acordáis?. A veces aquella
maldita lata tenía un buen premio y otras nada, habiendo perdido lo que nos
habían ofrecido. Eso sí, siempre andando entre papeletas desechadas, que casi nos
llegaban a las corvas.
Hoy ya en realidad, es que tenemos
de todo. Tenemos la tecnología punta en nuestras casas e incluso la llevamos
con nosotros a través de nuestros teléfonos, ya ¿qué nos puede ofrecer una
tómbola como premio que nos llame la atención?. Quizás ese fuera el desinterés
que en los últimos años teníamos por la tómbola, esa pueda ser la razón de que las
papelas desechadas no nos llegaran a las corvas…. quizás, ese sea el motivo por
el cual hoy, echo de menos en Montoro una tómbola.