INGREDIENTES: 1 Kg. de caracoles - 5 Cucharadas de aceite de oliva virgen extra - 4 dientes de ajos y 1 cebolla grande - 2 hojas de laurel - 1 vaso de vino de montilla-moriles - 1 cucharada de pimentón y otra de harina - guindilla al gusto - Salsa de tomate - Dos cortadillos de chorizo - 250 gramos de jamón - Sal.
RECETA:
1º. Una vez tenemos los caracoles gordos (hélix aspersa), en la misma red donde estén contenidos o directamente en una escurridera, se procede a su intenso lavado poniéndoles bajo el agua del grifo para que suelten los desechos que traigan. Después en un recipiente grande o bol, se echan 3 cucharadas de vinagre y 1 de sal, añadiéndole agua como para casi cubrirlos y ahí se introducen lo caracoles. Seguidamente se procederá a lavarlos nuevamente, volteándolos con las manos, para que suelten las impurezas y comiencen a babear al sentir los efectos de la sal y el vinagre. Este proceso se repite como mínimo 2 ó 3 veces, tirándoles el agua las veces necesarias, hasta que se consideren que están limpios los caracoles. Acto seguido, se procede a dejarlos reposar, en el mismo recipiente que hemos utilizado, al cual añadiremos agua templada, que hará que se relajen y saquen sus pies o "gaitas".
2º. En una olla grande con agua templada, se introducen los caracoles aún vivos y cuando se hayan relajado con sus pies fuera o "engaitados", se le va dando, poquito a poco, más calor al recipiente, hasta alcanzar un grado medio de temperatura. Así esperar a que mueran los caracoles y rompan seguidamente a hervir, soltando más impurezas, babas y amargor de no estar bien ayunados. Tras unos minutos hirviendo lentamente, se ponen en una escurridera los caracoles y se le tira todo el caldo que hubieran soltado. En ese instante y estando en la escurridera, bajo el chorro de agua, se voltean para que suelten las pocas impurezas que les queden. Quedando así listos para añadirlos al sofrito.
Como todos los guisos, si buenos están recién hechos, aún mejor saben pasados unos días, pudiendo ser guardado en el frigorífico, o en el congelador, lo que no se consuma, para utilizarlo en otro momento.
VITAMINAS Y PROTEINAS: Los caracoles forman parte de los alimentos altamente nutritivos y de la dieta altamente saludable. Su aporte calórico es muy bajo, apenas 90 kilocalorías por cada 100 gramos y además, tienen un elevado contenido en grasas saludables (Omega 3), hierro y proteínas. Tomar caracoles significa tomar vitaminas A, B9, B3, B12 y E, y contienen magnesio, potasio y sodio. Debiéndose tener en cuenta que esta información se refiere solo y exclusivamente, al caracol en sí, sin tener en cuenta los diferentes productos con los que se condimentan.
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