INGREDIENTES: 1 Kg. de caracoles - 1 Guindilla cayena - 1 cucharada sopera de Sal - Un tallo de hierbabuena y Un trozo de cascara de naranja deshidratado.
RECETA:
1º. Una vez tengamos los caracoles, en la misma red donde estén contenidos o directamente en una escurridera, se procede a su intenso lavado poniéndoles bajo el agua del grifo para que suelten los desechos que traigan. Después en un recipiente grande o bol, se echan 3 cucharadas de vinagre y 1 de sal, añadiéndole agua en cantidad suficiente como para casi cubrirlos y ahí se introducen lo caracoles. Seguidamente se procederá a lavarlos nuevamente, volteándolos con las manos, para que suelten las impurezas y comiencen a babear al sentir los efectos de la sal y el vinagre. Este proceso se repite como mínimo 2 ó 3 veces, tirándoles el agua las veces necesarias, hasta que se consideren que están bien limpios los caracoles. Acto seguido, se procede a dejarlos reposar, en el mismo recipiente que hemos utilizado, al cual añadiremos agua templada, que hará que se relajen y saquen sus pies o "gaitas" y las pocas impurezas que pudieran aun tener.
2º. En una olla grande con agua a temperatura templada (no caliente), se introducen los caracoles aún vivos y cuando se hayan relajado con sus pies fuera o "engaitados", se le va dando, poquito a poco, más calor al recipiente, hasta alcanzar un grado medio de temperatura. Así esperar a que mueran los caracoles y rompan seguidamente a hervir, soltando más impurezas, babas y amargor de no estar bien ayunados. Tras unos minutos hirviendo lentamente, se ponen en una escurridera los caracoles y se le tira todo el caldo que hubieran soltado. En ese instante y estando en la escurridera, bajo el chorro de agua, se voltean para que suelten las pocas impurezas que les queden.
3º. Seguidamente se ponen los caracoles a guisar en una cacerola y se le añade los ingredientes arriba referidos, cubriéndolos de agua. Seguidamente se enciende el fuego y se le da a fuego medio-alto y se espera a que hiervan, prestándole atención mediante movimientos con un cazo, para evitar que se derramen al subir el caldo con motivo de su hervor. Así durante un 10-15 minutos. Se prueban para ver como están de sal y de picante y se le añade en su caso, para lo cual debemos volver a darle un pequeño hervor. Una vez al gusto, se sirven y a comerlos.
VITAMINAS Y PROTEINAS: Los caracoles forman parte de los alimentos altamente nutritivos y de la dieta altamente saludable. Su aporte calórico es muy bajo, apenas 90 kilocalorías por cada 100 gramos y además, tienen un elevado contenido en grasas saludables (Omega 3), hierro y proteínas. Tomar caracoles significa tomar vitaminas A, B9, B3, B12 y E, y contienen magnesio, potasio y sodio. Debiéndose tener en cuenta que esta información se refiere solo y exclusivamente, al caracol en sí, sin tener en cuenta los diferentes productos con los que se condimentan.
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