Si existe un icono que defina lo
que es España, ese es el toro de lidia. Vayas donde vayas, nos guste o no,
cuando dices que eres español, del subconsciente de la persona con quien
dialogas, aflora un garboso bravo toro negro, como sinónimo de lo español.
Cuántos países no darían un
imperio por tener un signo de identidad tan representativo y tan poco costoso.
Pues no señores, en España, como ocurre con otros aspectos y actividades que
gozan de prestigio y que servirían para rentabilizar aún más nuestro País, las
cosas se dejan en manos de la sentimentalidad de unos pocos, y al arbitrio de
otros cuantos, que aún sin saber nada de nada, lo difaman y pisotean, sin tener
en cuenta el valor que pudiera atesorar la actividad a la que atacan.
La ganadería de bravo, atraviesa
actualmente por un momento delicadísimo, como consecuencia del exacerbado
ataque animalista que ha llevado y está llevando a muchos encastes al matadero
y también, como consecuencia de la pretendida implantación del mono-encaste en
las plazas de toros.
Ser ganadero de toros de lidia,
nunca fue un negocio boyante y me atrevería a decir, que nunca fue, ni siquiera,
un negocio. Quienes crían y han criado toros para las corridas, lo han hecho
siempre inmersos en una aureola de romanticismo, llevados por su pasión hacia
un animal mítico, bellísimo y único, amparados por otras actividades económicas,
de la que se han valido para invertir y financiar a fondo perdido, la
pervivencia y la existencia de un animal como ningún otro, el toro bravo.
Cuando por un lado te encuentras
desamparado por la Administración y a veces, incluso, no ya es que sientes el
desamparo, sino que además, te sientes perseguido por algunas Administraciones;
cuando encima, tienes que soportar el ataque incesante y sin control de quienes
aludiendo al maltrato animal, no les importa que desaparezca el toro bravo; fuerte
muy fuerte, amplia muy amplia ha de ser tu pasión romántica, para poder seguir
apostando por una actividad, que además de sacrificios constantes, te hace
perder dinero.
De las 24 castas o familias de
toros bravos que existen actualmente, 14 se hallan en peligro de extinción.
Esto está pasando desapercibido, sin que nada, ni nadie lo eche en cuenta. Sin
que nada, ni nadie, haga algo por remediarlo. Estamos en España.
Toro del Conde de la Corte entra al caballo
La Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza dice, que una especie se encuentra en peligro de
extinción, cuando su existencia se halla comprometida globalmente, bien sea
como consecuencia de la depredación directa sobre el animal, debido a la
desaparición o no inversión de recursos de los que dependa, o bien, debido a la
acción o inacción del hombre.
Resulta paradójico, que el Lince
Ibérico aglutine tanta atención, lo que me parece estupendo, y por el contrario,
se encuentre dejado en la más absoluta indiferencia el toro bravo, un animal
plenamente nuestro, que ostenta la mayor diversidad genética de
todas las especies que habitan el planeta, cuando éste patrimonio por
su importancia, debería gozar de la máxima atención. Esto son cosas, que no
puede ocurrir nada más que en España.
Entre los encastes en peligro de
desaparecer, existen no solo aquellos que no tienen tirón y no se ven
anunciados en los carteles, si no se encuentran otros de destacado interés en
la actualidad, que son las postreras representantes de insignes y contrastadas líneas
ganaderas.
Actualmente, ya que en el futuro
puede engrosar la lista otros, los encastes en peligro de desaparecer son los
que a continuación se enumeran:
Albacerrada
ALBACERRADA: Las únicas
ganaderías de este encaste que se conservan, con las de Adolfo y Victorino
Martín, así como en el cruce de este encaste con Santa Coloma que tiene José
Escolar, que si bien, son ganaderías muy demandadas y que tienen mucho mercado,
no están exentas de sufrir en cualquier momento algún contratiempo sanitario.
Casta Navarra
CASTA NAVARRA: Lo que queda de
este encaste radica en Navarra y alguna ganadería en el Pais Vasco y La Rioja.
Su mantenimiento viene de la mano de los festejos populares que se dan en País
Vasco, Cataluña, Aragón y Comunidad Valenciana. Las más destacadas son la de la
Familia Macua en Larraga y Reta en Villaba.
Casta Vazqueña: Toro de Concha y Sierra
CASTA VAZQUEÑA: Cuesta cada vez
más trabajo encontrar ésta sangre que comenzó a gestar la familia utrerana de
los Vázquez hacia 1755. Actualmente, la ganadería señera de este encaste en
España es la de Prieto de la Cal, con algunos problemas sanitarios. Por su
parte, la mítica Ganadería de Concha y Sierra, hoy día pasta en San Martín de
Crau (Francia), a donde la ha llevado su nuevo propietario el empresario de pan
precocinado Jean-Luc Couturier, quien además también ha comprado otra ganadería
salmantina e igualmente le ha trasladado a su País, como la del Cura Valverde. En
Portugal también queda la de los Herederos de don Fernando Pereira Palha. Estas
dos últimas ganaderías, osea la de Concha y Sierra y Palha, atraviesan un
delicado momento.
Conde de la Corte
CONDE DE LA CORTE: Deseosos
estamos los aficionados de que esta ganadería fundada en 1919 por don Agustín
Mendoza y Montero de Espinosa y que ha dado origen a otros muchos encastes,
vuelva a coger el sitio que nunca debió perder.
Contreras
CONTRERAS: Algo se puede
encontrar en la Ganadería de Herederos de doña Benita Sanz Colmenarejo y en la
de los Hermanos Angel y Rafael Peralta, que la formaron con un lote de vacas y
sementales comprados a don Manuel González y don Juan Antonio Álvarez
procedentes de Contreras. Este encaste para dar tamaño a sus toros, tuvo que
cruzar con otras sangres y prácticamente existen muy pocos ejemplares con la
sangre y características propias.
Hidalgo Barquero
HIDALGO BARQUERO: Los hierros
actuales más representativos son el de Jodar y Ruchena y Benítez Cubero,
ganaderías éstas que se lidian principalmente en festejos de rejones.
Miura
CASTA CABRERA: Miura es la única
de esta procedencia, vulnerable atendiendo a cuestiones sanitarias, aunque es
una ganadería con gran demanda.
Partido de Resina
CASTA GALLARDO: Partido de Resina
(antes Pablo Romero), es otra ganadería única con esta procedencia, que estuvo
a punto de desaparecer por problemas sanitarios. Es una ganadería con demanda
comercial.
Pedrajas
PEDRAJAS: Encaste olvidado por la
afición actualmente y que tuvo tanto éxito en otros tiempos. Se trata de una
casta ganadera en una muy delicada situación, siendo la Ganadería de Isaías y
Tulio Vázquez uno de sus escasos representantes
Saltillo
SALTILLO: Actualmente existen muy
pocas ganaderías puras de este encaste. La ganadería más puntera actual es la de
José Joaquín Moreno Silva. A finales de 2014, fue enviada al matadero la de los
Hermanos Pérez Escudero por no poderla costear.
Santa Coloma
SANTA COLOMA: Las líneas de
Coquilla y Graciliano son las que peor lo vienen pasando, Buendía con más o
menos problemas se mantiene. Las 560 reses que formaban la ganadería de
Coquilla propiedad de Mariano Cifuentes a primeros del 2012, fue llevada al
matadero por cuestiones económicas.
Vega-Villar
VEGA-VILLAR: Los patas blancas
son otra clase de toro que no tiene demanda por su carácter y por su escaso
volumen. Una de las pocas ganaderías que quedan de este encaste de la rama de
Galache, es la que cría Victorino Martin con el nombre de Monteviejo. A últimos
del año pasado, desapareció la ganadería de Sánchez-Cobaleda, por la presión
económica y sanitaria.
Urcola
URCOLA: Es un encaste muy
minoritario y poco demandado. Por citar algo procedente de este encaste, decir
que Victorino Martin compro a los Sánchez-Cobaleda, además de los patas blanca,
también los Galaches de la Línea Urcola. En la Ganadería de Cuadri, en la que
conviven varias procedencias, la más importante es la de Urcola, junto con
Santa Coloma. De seguir así es un encaste condenado a la desaparición.
Para dar la protección oportuna a
estos encastes, para conservar intacta la sangre de estas familias de bravo
únicas, resulta apremiante que se trate de mentalizar a la sociedad de ello, por medio
de la promulgación de disposiciones legales en contra de su extinción y de
campañas de concienciación en tal sentido; además, de crear
un banco de semen que perpetúe la existencia de estos animales y los
taurinos, demandar más este tipo de encastes en las plazas de toros y respetar
sus características de comportamiento y hechuras, para así, contribuir
a la crianza de este tipo de ganaderías.
Para conversar y cambiar experiencias taurinas
Espero y deseo que al rescoldo de
la chimenea invernal, escuchando caer las canales, nos comprometamos más con
esta situación alarmante y repasemos en nuestra conciencia, las ganaderías que
a nuestros días han desaparecido y las que están a punto de desaparecer, no
dejando que ninguna más, vaya al sórdido matadero.