El 2 de febrero de 1858, día de la
Candelaria de hace 166 años, aconteció en Montoro un suceso que tuvo gran repercusión
a nivel nacional, por la importante cantidad de dinero que fue sustraída y sobre
todo, por el desgraciado desenlace que, con el transcurrir de los días, tuvo el
mismo.
Sobre las siete de la tarde de dicho
día, al oscurecer, una partida de experimentados delincuentes venidos de otras
tierras, en connivencia con algún miembro al servicio de la casa del noble
montoreño, práctica habitual de los malhechores de la época, lograron penetrar
enmascarados en la casa del Señor Conde del Robledo de Cardeña, situada en la
actual calle Diego Medina de Montoro, esquina con la Plaza de San Miguel.
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Casa del Conde Robledo |
Tras atar y amordazar al resto de las
personas que trabajaban en la casa, comenzaron a maltratar cruelmente y
amenazar con quitarle la vida al Conde, hasta que debilitaron su voluntad,
obligándole, tras sustraerle las llaves, a que les sirviera de guía y los
llevara al lugar donde guardaba el dinero, sustrayéndole la suma de más de 38.000
duros o lo que es lo mismo, unas 6.000 onzas de oro de aquellos tiempos.
Durante el desarrollo de los hechos,
fueron realizados dos disparos en el portal de la casa, para ahuyentar a los
vecinos que acudieron a los gritos de “ladrones” y otro tiro más, que se
produjo en el interior, con el fin de amedrentar al Conde, para que los
condujera hasta el sitio donde guardaba los dineros.
A pesar de ello y de que los
delincuentes, actuaron con mucha osadía y tranquilidad, éstos no pudieron
llegar a descubrir la existencia de otro talego conteniendo 6.400 duros, el
cual, se dejaron atrás.
El robo, tuvo una desmesurada
repercusión en la prensa en ciernes de aquellos tiempos, además de por la
importante cantidad sustraída, por pertenecer la víctima a la nobleza, ser
alcalde de esta población y, sobre todo, porque el Conde no llegó a poderse
recuperar de aquel lamentable suceso, al provocarle su estado anímico una
importante retención de orina, que trajo como consecuencia su fallecimiento el
28 de febrero de 1858.
Fueron varios los periódicos de la
época, los que manifestaban su sorpresa, al no encontrar explicación de cómo en
un pueblo importante como Montoro, población casi cerrada por todos lados al
estar circundada por el Guadalquivir, con un considerable número de habitantes
y contando con miembros de cuerpos de seguridad suficientes, al oscurecer de
una tarde de invierno, un grupo de bandidos llevara a cabo tan importante hecho
delictivo, con una falta de respeto considerable al sistema gubernamental de
aquel tiempo.
LA
VICTIMA:
El Condado del Robledo de Cardeña, se
crea el día 31 de marzo de 1772 por el Rey Carlos III, para reconocer los servicios
a la corona prestados por don Antonio Ciro Camacho-Madueño y Camacho, hermano
del que fuera hasta su muerte obispo de Tortosa, don Bartolomé Camacho Madueño,
con calle en la Ciudad de Montoro, desde tiempos inmemoriales.
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Escudo de los Camachos |
Quien sufrió el robo que nos ocupa, fue
don JUAN NUÑO DE LARA LOPEZ-OBRERO, IV Conde del Robledo de Cardeña, hijo de
don Francisco Nuño de Lara y Berriz de Torres y de la III Condesa del Robledo
de Cardeña doña Francisca María López-Obrero y Camacho, de cuyo matrimonio,
además de Juan, tuvieron otros dos hijos llamados Victoria y Diego.
Don Juan Nuño de Lara López-Obrero,
hereda el título a la muerte de su madre, por Real Carta de sucesión de 29 de
mayo de 1850, tomando posesión oficial del Condado el 25 de febrero de 1851.
El IV Conde del Robledo de Cardeña
don Juan Nuño de Lara López-Obrero, ostentaba en el momento de sufrir el robo,
el título de alcalde de Montoro, para el que fue nombrado por la Reina Isabel
II, el 1 de enero de 1852, permaneciendo en dicho cargo, hasta el día de su
muerte el 28 de febrero de 1858.
Al morir el IV Conde sin descendencia
le sucede en el título del Robledo de Cardeña su hermano don Diego Nuño de Lara
López-Obrero, que toma posesión del Condado el 24 de septiembre de 1858.
En el Ayuntamiento de Montoro, al
Conde fallecido le sucede como alcalde, don Francisco María del Rosal, que
había venido desempeñando el cargo de alcalde segundo desde 1856 y que, cuatro
años antes, concretamente en marzo de 1854, sufrió otro robo similar por
miembros de la misma partida de delincuentes.
LOS
LADRONES:
Comenzada la instrucción
de la causa judicial para esclarecer lo ocurrido, enseguida se tuvo
conocimiento de la detención de uno de los malhechores, conforme se recoge en
el Diario Córdoba de fecha 6 de febrero de 1858, posiblemente, el cómplice
perteneciente al servicio de la casa.
Por edicto de 14 de mayo de 1858, el
Juez de Primera Instancia don Lorenzo García Santos, identifica e imputa a los
presuntos autores del robo cometido en el domicilio del Señor Conde del Robledo
y les requiere, para que en el término de nueve días se personen en la cárcel
de este Juzgado, para responder de referidos cargos, advirtiéndoles que de no
hacerlo el proceso continuará su curso. Tal requisitoria no surtió sus efectos,
como era costumbre que ocurriera con las dictadas, contra los numerosísimos
bandoleros de aquella época.
De dicho decreto se llega a saber que
los autores del robo al Conde del Robledo de Cardeña, pertenecían a una banda
que se conocía con el nombre de “Los Paulinos” o “Los Pardillos” integrada por:
*JUAN VICENTE SANCHEZ DE LEON Y CRUZ
ROSA alias “el barbero”, vecino de Granátula de Calatrava (C. Real).
*JOSE AYLLON GONZALEZ alias
“Josico", nacido el año 1821 en Bolaños de Calatrava en el Partido
Judicial de Almagro (C. Real), de 37 años de edad, padre de seis hijos. Había
sido procesado como cómplice en la muerte de un vecino del Moral.
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Bandolero con manta y navaja |
*ANTONIO FERNANDEZ SANCHEZ alias “Calixto”,
amigo del anterior y nacido en el mismo pueblo, de 36 años de edad, padre de
tres hijos, también declarado cómplice en el mismo asesinato que aquel.
*ELIAS ROMERO COELLO, natural de la
Aldea del Rey (C. Real), de 41 años, casado con dos hijos, procesado por
desacato a la autoridad y por haber acometido a una diligencia en el camino de
Valdepeñas.
*JOAQUIN FÉLIX Y MEDINA alias “Paulino”,
casado, de 40 años, tenía cinco hijos y era vecino de San Lorenzo de Calatrava
(C. Real). Se inició en sus correrías en la partida de su padre PAULINO FELIX,
siendo éste, el que dio nombre al grupo de “Los Paulinos”. También se hallaba
procesado por desacato a la autoridad y por haber acometido a un coche en el
camino de Valdepeñas, como el anterior, y desde el 23 de junio de 1853, estaba
fugado de la cárcel de la Puebla de Alcocer (Badajoz), al estar procesado por
un delito de robo en cuadrilla.
*RAFAEL FELIX Y MEDINA alias “Paulino”,
hermano del anterior natural de Villanueva de San Carlos, desertor del cuerpo
de artillería.
*MANUEL BRIONES BENITEZ de Ajofrín
(Toledo), de 40 años y procesado por robo a don Luis Infante.
El origen de estas partidas de
malhechores, hemos de encontrarlo en las guerrillas paramilitares de lugareños,
creadas en distintas regiones de España, para combatir a los franceses
(1808-1812). Entre 1833 y 1840, muchos de aquellos guerrilleros, volvieron a
retomar las armas para apoyar al pretendiente al trono de España Carlos IV,
hermano del rey Fernando VII, durante la primera guerra carlista.
Esta primera guerra carlista, tuvo
una especial incidencia en la provincia de Ciudad Real, donde produjo una serie
de procesos sociales que fueron difícil de controlar, provocando una importante
división entre los ciudadanos en general y en determinados núcleos de
población, como ocurrió en la comarca de Mestanza, de la que procedían la
mayoría de los delincuentes antes expresados.
Los grupos de bandoleros
ciudadrealeños proliferaron en cantidad y de ahí crearon su leyenda partidas
como las de “Palillos”, “El Feo Cariño”, “Castrola”, “Orejita”, “Moraleda”,
“Los Juanillones”, “Los Purgaciones”, “Farruco”, “El Mamón”, etc.
La partida de “Los Paulinos” en un
principio conocida como “Los Pardillos”, tuvo su mayor actividad a partir de
1850, osea una vez finalizada la segunda guerra carlista.
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Urbano de la época |
El primer hecho criminal perpetrado
por el grupo del que se tienen noticias, ocurre el 9 de marzo de 1850, sobre
las diez de la mañana, cuando asaltaron la diligencia Madrid-Sevilla, entre
Santacruz de Mudela y El Visillo de Almuradiel, en la que viajaba el general
don Anselmo Blaser San Martín, apoderándose del dinero, alhajas y ropas de
todos los viajeros. Este robo se llevó a cabo con la máxima tranquilidad,
tardando en su ejecución dos hora y media, ya que los autores del crimen,
estuvieron esperando que llegara a aquel lugar, la diligencia Granada-Madrid,
cuyos viajeros fueron igualmente desvalijados de sus pertenecías, joyas y
dineros. Los autores de este atraco fueron Joaquín Félix, Elías Romero, Luciano
Molina, Francisco Valencia y el padre del primero del que tomaba el nombre la
partida, Paulino Félix, que tenía entonces la edad de 52 años y una
característica peculiar, pues contaba con seis dedos en una mano.
Sobre las 7 de la mañana del 20 de
marzo de 1850, hallándose ejerciendo funciones propias del cuerpo el teniente
de la Guardia Civil don Castor Álvarez y nueve agentes, por las inmediaciones
de la sierra la Gallega en Calzada de Calatrava, dieron el alto, a fin de
identificarlos, a Luciano Molina y Francisco Valencia, quienes se dieron a la
fuga y en el tiroteo que mantuvieron, resultaron los dos delincuentes muertos.
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José María Hinojosa "El Tempranillo" |
El 7 de julio de 1852, la Guardia
Civil rodea la cueva de la Cabrera del Friscar en Villanueva de San Carlos (C. Real),
al haberse recibido una confidencia de que en la misma se hallaban al menos dos
bandoleros. Manda el operativo el mencionado teniente don Castor Álvarez,
auxiliado por el Alcalde de El Pardillo, por el Cabo 1º don Juan Alvarado y los
Guardias Civiles don Antonio Moreno, don José Vila y don Gregorio Muñiz. Estos
cuatro últimos, fueron comisionados para que se adentraran en la cueva, con las
prevenciones correspondientes, puesto que los bandoleros, estaban armados con
pistolas, escopetas y navajas. Tras conversar los miembros de la Guardia
Civil
con los delincuentes, estos hicieron entrega de sus armas a los agentes,
quienes procedieron a su detención, resultando que los mismos eran, Paulino
Félix y su hijo Joaquín Félix Medina, conocidos por aquella época aún por el
alias de “Los Pardillos”. Estos fueron acusados de robo e ingresados en la
cárcel del partido judicial de Almodóvar del Campo (C. Real). Desde este
momento desaparece de las correrías el mítico Paulino, del que no volvió a
saberse nunca nada más.
En la madrugada del 23 de junio de
1853, Joaquín Félix Medina, se fuga de la cárcel del partido judicial de la
Puebla de Alcocer (Badajoz), donde había sido trasladado para responder del
delito de robo en cuadrilla, que allí se le acusaba.
Se rehace la partida, siendo
padecidas sus correrías en las comarcas del norte de Córdoba y Andújar, en las
que se suceden los continuos robos y secuestros.
Por su interés, hemos de referir el
que tuvo lugar en el mes de marzo de 1854, cuatro años antes, que el robo que
nos ocupa al Conde del Robledo de Cardeña. En esta ocasión, la victima de robo
y secuestro es también un montoreño, concretamente el rico e influyente don
Francisco María del Rosal, quien en 1858 sustituiría al Conde, al frente del
Ayuntamiento de Montoro, como alcalde. Estos hechos fueron perpetrados por
Joaquín Félix Medina, su cuñado Elías Romero y Juan Manuel Mendoza alias “El
Estrecho”.
Por sentencia dictada en Consejo de
Guerra el 9 de diciembre de 1854, el Capitán General de Andalucía, condenaba a
muerte a Joaquín Félix Medina, su cuñado Elías Romero y Juan Manuel Mendoza
alias “El Estrecho”, por la perpetración del robo y secuestro sufrido por don
Francisco María del Rosal. Pena que no pudo llegar a materializarse, puesto que
todos se hallaban en paradero desconocido.
En referida sentencia, también se
condenaba a cadena perpetua, por pertenecer a la partida de “El Estrecho”, a un
vecino de Villanueva de Córdoba, llamado Juan Mateo Camacho. Como cómplice y
encubridor del secuestro y el robo del montoreño, igualmente fue condenado a
siete años de presidio el secretario del Ayuntamiento de Conquista, Manuel
Pablo. Lo curioso de la sentencia, es que en dichos hechos estuvo acusado un
individuo de Montoro, llamado Domingo Fimia, el que, tras la celebración del
juicio, fue absuelto, como igualmente lo fueron, el alcalde primero y segundo
del Ayuntamiento de Conquista, Sebastián Cabrera y Diego Romero, quienes también
estuvieron imputados en referida causa.
El 17 de marzo de 1855, vuelve a
actuar la partida de “Los Paulinos” en las proximidades de nuestro término
municipal, concretamente en la finca “Ojuelos” en la sierra de Andújar, fueron
secuestrados don Antonio Cobo, don Jerónimo de la Cal y un hijo de éste,
mientras cazaban. Tras más de diez días, fueron puestos en libertad, una vez
sus familiares pagaron la cantidad de 12.000 duros.
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Diego Corriente |
Son muchos y variados los acontecimientos
delictivos que suceden al secuestro anterior y que son llevados a cabo, por
esta banda de malhechores. Solo como dato interesante para este trabajo,
señalar que la primera vez que se detecta la participación de Rafael Félix
Medina, hijo también de Paulino Félix, en este tipo de actuaciones criminales,
tiene lugar entre el 20 de agosto y el 5 de septiembre de 1855, en la ermita de
San Andrés en el término municipal de El Viso, donde secuestraron a don Manuel
Garrido, don Vicente Merlo y su hermano don Manuel Merlo. Además de Rafael,
intervino su hermano Joaquín Félix Medina, el cuñado de éstos Elías Romero y
Luis de Luna alias “Charandel”.
Añadir que, al poco tiempo de
decretarse la busca y captura de los autores del robo en el domicilio en
Montoro del señor Conde del Robledo de Cardeña, la que fue promulgada el 14
mayo de 1858, el Gobierno de la época les concedió el indulto, a instancia del
señor Gobernador Civil de Toledo, ante quien entregaron sus armas y caballos
los bandoleros, en la creencia que, con ello, iban a librar a la sociedad de
los abusos de aquellos peligrosos facinerosos.
El indulto se les concede el día 15 de julio de
1858, a los siguientes bandoleros: José Ayllón González, Antonio Fernández
Sánchez, Joaquín Félix Medina, Manuel Briones Benítez, Elías Romero Coello,
Rafael Félix Medina, Juan Vicente Sánchez de León Cruz Rosa, todos ellos
autores del robo sufrido por el Conde del Robledo de Cardeña, y también, a Juan
Pizarro, Valeriano Pasamontes Peñasco, Rafael Calvo Hernández, Saturnino
Serrano Menor y Anselmo López.
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Casa Conde de Robledo |
Además del perdón de todos sus
desmanes, algunos fueron colocados en cargos públicos, como por ejemplo, José
Ayllón González alias “Josico", fue nombrado Guarda Mayor del Valle de
Alcudia, perteneciente a la Corona de España, Antonio Fernández Sánchez alias “Calixto”
se le nombra sobre-guarda del mismo lugar y los hijos de ambos son colocados
como guardas del Valle. Quienes fueron además condecorados con la Cruz de
Caballeros de Isabel la Católica, por prestar servicios de guías a una columna
al mando del coronel del Amo, con motivo de una intentona carlista, en una
escaramuza militar llevada a cabo por el lugar donde ejercían sus empleos como guardas.
Estos indultos, no lograrían el
objetivo que perseguían, puesto que en marzo de 1873 se tiene conocimiento que
alguno de los indultados, volvieron a sus andanzas, ya que “Los Paulinos”,
vuelven a delinquir en Montoro.
En esta ocasión, se trasladaron a un
molino del Pago del Madroñal, con el fin de secuestrar a tres importantes y
ricos propietarios montoreños. En el lugar de los hechos, solo encuentran al
propietario del recinto aceitero, don Manuel Benítez Romero, a quien secuestran
y por cuyo rescate, pidieron 50.000 duros. Los familiares de este solo pudieron
conseguir reunir 1.500 duros, osea 30.000 reales, que enviaron al lugar
señalado para la entrega. Posiblemente, don Manuel Benítez Romero, pudo escapar
de la vigilancia de sus captores y se presentó libre en Bailén, unos días
después.
La Guardia Civil al mando del capitán Roldán
Pérez, persigue a la partida autora del secuestro del señor Benítez Romero y al
poco tiempo, el Juzgado de Montoro, dicta orden de busca y captura, en un
primer momento, contra Gregorio Mazoretas y Viñas alias “Rabanero”, natural y
vecino de Mestanza, viudo, jornalero, de entre 46 a 48 años, de buena estatura,
barba poblada, ojos pardos y ordinariamente enfermos y colorados, vestía con
pantalón, chaleco y chaqueta de paño negro, botillos de becerro blanco y
sombrero calañés.
Posteriormente, se emite también
orden de búsqueda contra José Félix alias “Pipiolo”, el menor de “Los Paulinos”;
contra Ramón Nogueras Hernández alias “Dongos”; José Bastante Navas alias
“Tronera”; Castor Bastante Navas alias “Tronera”; y Rafael Félix Medina alias
“Paulino”; todos ellos vecinos de Mestanza (C. Real).
Por el secuestro de don Manuel
Benítez Romero, fueron condenados a cadena perpetua Ramón Nogueras Hernández,
José y Castor Bastante Navas y a doce años de prisión Rafael Félix Medina,
entre otras condenas. Condenas que cayeron en saco roto, al estar todos ellos
en paradero desconocido.
Pocos meses después del secuestro de don
Manuel Benítez Romero, el 13 de octubre de 1873, se produjo el que sería el
último hecho delictivo atribuido a “Los Paulinos”, el cual tuvo lugar en Torre
de Juan Abad (C. Real), donde asaltaron al rico terrateniente don Juan Tomás de
Frías, al que le sustrajeron también una importante cantidad de dinero.
El hostigamiento incesante de la
Guardia Civil, ante estos últimos graves sucesos, trajo como consecuencia que
la partida de “Los Paulinos” se separara, siendo la mayoría de ellos apresados,
pasando a cumplir largas condenas en el penal de Cartagena.
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Actriz María Félix |
Sin embargo,
alguno de ellos, como Rafael Félix de Medina alias “Paulino”, pese a haber
contraído matrimonio en Mestanza con Sandalia Adán en 1860, tener descendencia
con ella y regentar una posada con mesón, en la calle Carnicerías de referida
localidad[1],
logró llegar hasta Galicia, donde embarcó rumbo a México con su parte del botín
del robo de Torre de Juan Abad. En su pueblo existió siempre la leyenda popular, que atribuía a este bandolero, la paternidad de la
bella actriz mexicana María Félix.Quizás los hechos ocurridos el 2 de
febrero de 1858 en Montoro, no puedan tener la consideración de ser el
acontecimiento delictivo más importante del siglo XIX en España, puesto que en
aquellos últimos años de desintegración del imperio, momentos llenos de
constantes convulsiones políticas y de luchas intestinas, eran muchos y muy
similares los que ocurrían todos los días, pero analizando las circunstancias
peculiares y particulares que convergen en Montoro, como el montante de dinero
sustraído, que el delito fue perpetrado a una persona miembro de la nobleza,
que además, era Alcalde de la Ciudad, y que por ende, le costó su propia vida,
sí podemos afirmar que fue uno de los que más eco y repercusión tuvo, en la
sociedad española de aquellos tiempos.
autor: Lorenzo Ruiz Leiva.
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Bandolero dejando atado un secuestrado |
[1] Sandalia Adán, esposa de Rafael Félix Medina, existen
noticias que aún era la regente del mesón referido en el año 1902 y que dicho
establecimiento, en 1962, todavía seguía ofertando servicios, como mesón y
posada, bajo la dirección de Santos Félix, un descendiente del legendario
“Paulino”.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES
BOLETIN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE
CORDOBA: 19-05-1858
DIARIO CORDOBA: 28-03-1854, 02-12-1854,
17-12-1854, 06-02-1858, 10-03-1858, 13-03-1858.
EL CLAMOR PÚBLICO: 05-03-1858,
EL CONTEMPORANEO: 19-12-1861
LA CORONA: 14-09-1858.
LA DISCUSION: 16-07-1858.
LA EPOCA: 06-01-1852, 10-02-1858,
09-03-1858, 17-05-1858, 17-07-1858,13-01-1859.
LA ESPAÑA: 14-04-1857, 07-03-1858,
09-03-1858, 02-05-1858.
LA ESPERANZA: 08-01-1858.
LA IBERIA: 06-03-1858.
“Bandoleros Los Paulinos” de Miguel Martín
Gavillero.