martes, 4 de octubre de 2022

ANDRES MORA: UNO DE LOS ULTIMOS ROMANTICOS QUE DIO BRILLO A MONTORO.

Andrés Mora Flores, fue un manchego de Puertollano, donde nació hace 80 años, un 14 de mayo de 1942. Frecuentaba Montoro, no por su afición a los toros, si no por su otra afición, el aceite, llevándose de nuestros molinos el néctar de las aceitunas montoreñas, el cual, él catalogaba como el mejor de todos los que a lo largo de su vida, había probado. Inteligente que era.

Un día, reparó en la “chatita” mote con el que se conoce nuestra Plaza de Toros y como buen aficionado bohemio de la Tauromaquia, no dudo un momento en hacerse empresario de ella, y comenzar así su ilusionada andadura en nuestro Pueblo.

Su gestión fue tan encomiable, que, gracias a él, por Montoro pasaron las máximas figuras del toreo y las mejores ganaderías. Ponce, Manzanares, El Fandi, Finito, Padilla, Manuel Díaz “el cordobés”, y largo etcétera, dejaron plasmadas sobre el albero del Plano, magníficos muletazos y bellas verónicas de alhelí de tanto o más calidad, que aquellas que cantara Federico García Lorca. Montoro llegó a ser la Plaza de Toros que más festejos taurinos dio durante alguna temporada en Andalucía.

El reflejo de su trabajo desinteresado, en ocasiones con perdida de una gran cantidad de capital, hizo que la Tauromaquia que se ofrecía en Montoro, interesara en México, Francia, Portugal, Venezuela, Colombia, los estados taurinos de USA, colonias de aficionados de Alemania y Gran Bretaña, donde se comenzó a escribir en los medios escritos y escuchar en los medios audio-visuales, sobre lo que acontecía en la Feria de Montoro, de la calidad y cantidad de su Feria Taurina.

El tándem, Andrés Mora como Empresa Taurina y Antonio Sánchez Villaverde, un gran Alcalde de Montoro, fue admirado y reconocido en todo el orbe taurino, dándole brillo a nuestra Ciudad, a donde, como ejemplo decir, que con motivo de los festejos acudían trabajadores, proveedores y clientes de Empresas que compraban billetes de entradas y las regalaban a éstos, sirviéndole a muchos ellos, para conocer a través de los toros, las excelencias paisajísticas, gastronómicas y de ocio, con las que contábamos en Montoro, siendo raro el que se marchaba, sin llevarse su porción de nuestra tierra, en forma de oro líquido (aceite) y miel de nuestra Sierra.

Hoy día por desgracia, esa promoción presencial que desde lo taurino se hacía entonces, ha venido a menos, entre otras cosas, porque el interés por venir a ver toros en Montoro, ha decaído, al decaer la calidad de los espectáculos ofrecidos, espectáculos que pueden ser vistos en cualquier otro sitio, hasta en el salón de tu casa, si te lo dan por televisión. 

Desde aquí, un recuerdo y un pequeño homenaje, al trabajo romántico que desempeño Andrés Mora en Montoro, el que, además, regentó otras muchas plazas a partir de quedarse con ésta. Pero su perla, su niña bonita, siempre fue la nuestra. 

Andrés, nos dejó un 13 de agosto de 2014, falleciendo en su Ciudad natal Puertollano, víctima de un infarto en un corazón maltratado por su intenso amor a la Fiesta, su Fiesta, la Tauromaquia; y por qué no, por haber dedicado un rinconcito de su sufrido corazón, a Montoro, su Montoro. 

¡¡va por usted empresario de las Maestranzas del Cielo¡¡